61° PREMIO NACIONAL

Dentro del trabajo pictórico que vengo desarrollando en el correr de los últimos 10 años, el devenir de los objetos geométricos ha ido migrando de dimensión. Las exploraciones del círculo, el triángulo y el cuadrado en la bidimensionalidad del plano
dieron paso a nuevas fugas, donde la esfera, la pirámide y el cubo comenzaron a arrojar sombra dentro del espacio del lienzo, dando origen a la serie titulada “Paisajes geométricos”.

Esta serie busca explorar una nueva configuración en el plano, creando una idea de lugar, un espacio que podría ser habitado, un paisaje improbable. Esta búsqueda se inició tras investigar la obra de Amalia Nieto, artista que seleccioné para desarrollar mi trabajo dentro del proyecto: “Herencia en Diálogo: Genealogías entre artistas contemporáneas y la obra de grandes maestras del arte uruguayo”, con la curaduría de Verónica Panella.

En la década del 70, Amalia comenzó representando objetos planos, en dos dimensiones, que arrojan sombra sobre un espacio tridimensional. Esta forma de representación resulta un imposible en la realidad. Esa inadecuación en la representación hace que su obra se vuelve atrapante y magnética, producto de ese juego de dimensiones.

De allí surge la idea de expandir mi obra e incorporar el uso de la perspectiva, permitiéndome pensar la obra como un posible boceto de un espacio arquitectónico que invita a ser explorado y habitado. Un lugar imposible que solo existe en la
representación, en la pintura, pero que invita a ser un refugio, una vía de escape de la vida contemporánea.